QUERIDO LÁZARO
Querido Lázaro,
Muy a mi pesar te escribo esta carta a modo de despedida.
No pretendo ni mucho menos ofenderte con mis palabras, pero bien es cierto que tus repentinas visitas sin previo aviso están empezando a desestabilizarme a mí y a mi entorno más cercano de una manera que no puede permitirse alguien que se encuentre en mi posición.
Ante todo quiero que sepas que valoro muchísimo tu compañía y no puedo negar que tu presencia ha transformado mi aburrida vida conyugal en un lugar mucho más colorido e interesante.
Sabes perfectamente que he intentado de mil formas distintas que mis hijos y mi mujer entendieran la pureza de nuestra amistad, pero lo único que he recibido son grandes dosis de incomprensión.
Me ha costado más de un desencuentro familiar que mi hijo y mi nuera me perdonaran el desafortunado incidente que protagonicé en su boda. Asumo absolutamente la culpa por las acciones que cometí aquel día y soy el primero que piensa que la violencia no lleva a ninguna parte, pero cuando el cura te empujó invitándote a bajar del altar te juro que no tuve más remedio que abalanzarme sobre él y propinarle un puñetazo en el mentón que ni Mike Tyson en sus mejores momentos.
A partir de ese momento todos me dieron la espalda. La familia de mi nuera casi me mata y me envía al hospital junto con el cura. La mía en cambio no paraba de repetirme que tú no existías y que si yo seguía insistiendo con lo mismo al final me iban a encerrar en un hospital psiquiátrico sin posibilidad de salir de allí.
Lo siento mucho amigo, pero me asusté y pasadas unas semanas opté por darles la razón como a los locos.
Tú y yo sabemos la verdad y con eso me basta. Sin duda eres el mejor amigo que tendré jamás. Mi mayor confidente y con el que mejor ratos he pasado.
Casualidad o no pero solo vienes a verme cuando no me tomo la medicación. No pasa nada amigo, no estoy enfadado contigo. Cada uno es como es. Entiendo que no te guste llegar a un lugar donde nieguen tu existencia o donde tienen tan mala opinión de ti, pero así son mis seres queridos y respecto a eso nadie puede hacer nada.
Con lágrimas en los ojos te pido que todo siga así como está porque no puedo elegir entre tú y mi familia.
Hasta siempre amigo mío.
Javier Milán Jerez
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