CARTA A LA RENFE
Querida RENFE:
¿Cómo sigue todo? Ante todo disculpas porque te tengo un poco abandonada, estos años de pandemia han acabado con muchos de nuestros pasionales escarceos veraniegos. Hoy he tenido noticias tuyas, parece que a partir de ahora ya no me vas a obligar a ponerme mascarilla en nuestros contactos (ya sé que no era solo culpa tuya, la sociedad nos llevó a ello) pero reconozcamos que la mascarilla será muy segura e higiénica, pero rompe totalmente el clímax. Además, siendo sinceros, uno acaba falto de aire, ya no tengo 20 años y son muchas horas de traca traca.
La verdad es que todo el mundo me habla mal de ti y me dicen que me estás sacando los dineros de mala manera y que debería ir pensando en darle una oportunidad a otras más jóvenes. Pero siempre te he sido fiel (hasta ahora me ha sido fácil, no te voy a engañar) Pese a nuestras pequeñas desavenencias puntuales, siempre suele imponerse la ilusión de una nueva aventura.
Me gusta que ahora hayas creado espacios de silencio en nuestra relación. Las habladurías externas y el ruido gratuito siempre echan por tierra todo, y hemos de proteger lo nuestro. Aunque he de decirte que no has logrado del todo acabar con la cháchara de la gente. Desengáñate, Renfe: No se han callado, solo hablan flojito.
Se va acercando la primavera y no tardaré en escribirte para quedar, y este es otro tema que te quería comentar. A ver, yo entiendo que estás muy saturada y siempre he aceptado con naturalidad que no soy el único hombre en tu vida, pero en serio ¿Tanto te cuesta responder rápido cuando te escribo por Internet? No te pido que me contestes al segundo, pero hay veces que te columpias tanto que parece que me estés haciendo “ghosting”. No quiero presionarte, pero tía, a veces enerva mucho verte tan colgada.
Pero pese a todo, estas vacaciones nos daremos otra oportunidad de explorar nuevas vías para ser felices. Es cierto que cada verano te veo más ciclotímica, es verte y pasar del calor al frío, uno entra con los sofocos propios del momento, y tú apareces con esos aires que me llevas y me dejas helado. Pero a todo se acostumbra uno. Nos veremos en verano, no sé si caeremos enamorados, pero al menos espero que nos demos un buen viaje.
Ferri López
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