JAVI

HUMOR – NO BAILAR PEGADOS

NO BAILAR PEGADOS

Mi pie izquierdo se debatía con mi pie derecho a la hora de decidir hacía qué lado debía dar un paso y de qué manera debía ejecutar semejante acción, pero allí estaba yo, intentando demostrarle a mi cuerpo que él y yo formamos parte del mismo equipo.

Aquella noche, Charlie que era el DJ del pub musical donde me encontraba y amigo mío desde la primaria no había podido ir a trabajar al encontrarse enfermo y su sustituto no me facilitó la misión que yo mismo me había encomendado antes de salir de casa: Bailar sin hacerle daño a nadie.

Amo la música techno porque me hace vibrar y me entran unas ganas locas de votar y votar y saltar y saltar. Me siento libre cuando bailo y necesito mi espacio. Por eso, en mi opinión bailar pegados no es bailar. Mis brazos y mis piernas necesitan expresarse con total libertad si no ya me dirás para qué voy a una discoteca si no puedo bailar como yo quiero. Si alguien quiere bailar conmigo y se pega mucho a mí lo que está haciendo es cortarme las alas y yo lo que quiero es volar.

Y volando es como conocí a Clotilda porque de la leche que me soltó bailando se supone que salí disparado unos cuantos metros hasta golpear con la cabeza en una columna o eso me contaron mis amigos cuando recuperé el conocimiento en el hospital.

Clotilda es mi gran amor. Yo pensaba que era bruto o torpe o patoso o todo a la vez, pero me di cuenta de que había alguien que era igual que yo o peor. ¿El destino? ¿Almas gemelas? Pues no lo sé. Clotilda dice que sí.

Ante un hecho así no podía estar enfadado ni mucho menos. Al contrario. Me sentía emocionado porque había encontrado una mujer a la que también le gustaba expresarse con total libertad pese a su gran defecto o su gran virtud. Según se mire.

Al día siguiente Clotilda se personó muy preocupada en el hospital para visitarme. Fue la mayor sorpresa de mi vida. Cuando la vi entrar por la puerta lo primero que pensé es en lo mal que se movía, pero con que estilazo que lo hacía. Me enamoré de sus contradicciones. Tiene mucho mérito caminar por la vida tan descompasada sin tropezar a cada paso y sin los efectos de ninguna droga. Lo digo yo que en eso creo tener algo de experiencia.

Dos años maravillosos de relación con Clotilda han sucedido después de aquella traumática lesión en mi cabezota que me tuvo apartado de las pistas de baile varios meses. En este tiempo juntos, Clotilda y yo hemos hecho muchas cosas. Entre ellas romper muchos huesos en las pistas de baile en las que hemos estado. Está claro que no somos perfectos, pero nos queremos y eso nos empuja a querer mejorar como personas. Somos conscientes de que tenemos un problema y para eso estamos haciendo terapia.

Los martes y jueves y algún sábado viene un coach a casa que es muy profesional, pero nada barato y que nos ayuda a controlar nuestros impulsos mientras bailamos. Me gusta como nos sabe llevar. Como dice Peter, primero debemos marcarnos objetivos más pequeños y poco a poco iremos progresando adecuadamente. En el momento en el que Clotilda y yo seamos capaces de bailar en el salón de casa sin hacernos daño mutuamente será cuando pasaremos a la siguiente prueba de nivel que será volver a pisar una discoteca.

Sé que lo vamos a conseguir. Por nosotros y por el bebé que estamos esperando. Estamos muy felices por la noticia, pero no sabemos si comprar una cuna o un podium. Lo iremos decidiendo siempre por supuesto pensando en el bienestar de nuestra criatura.

Yo lo que no quiero es uno de esos padres que les cortan las alas a sus hijos.

 

Javier Milán Jerez

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ERÓTICO – PERDERSE PARA VOLVER A ENCONTRARSE

A VECES HAY QUE PERDERSE PARA VOLVER A ENCONTRARSE

Manuel se acerca dando tumbos a la cama donde se encuentra Judith totalmente piripi y se sienta a su lado mientras le quita el vaso de la mano con cierto aire de desaprobación. Manuel intenta disimular lo ebrio que se encuentra, pero la tarea le resulta imposible porque miente fatal y disimula peor y segundo porque la cogorza que lleva encima es mayúscula como si se hubiera dado un chapuzón dentro de un barril de cerveza y se lo hubiera tragado entero. Judith hace grandes esfuerzos para no reírse a carcajadas porque se da cuenta de que los dos están bien colocados y porque Manuel le dirige una mirada que busca algo de compasión, pero que lo único que provoca es risa.

JUDITH
No me mires así corderito degollado.

MANUEL
Que va. Lo que pasa es que no me dejas ayudarte.

JUDITH
¿Quién necesita más ayuda hoy? ¿Tú o yo?

Ahora es Manuel el que intenta no reírse mientras que Judith se le acerca para olerle la ropa en señal de burla, pero no se deja y se aleja unos pocos centímetros de su mujer, ya que no puede evitar acordarse de lo que han sido estos dos meses sin hacer el amor ni una sola vez. Tampoco le resulta agradable a Manuel llegar a casa un martes por la mañana y ver que su esposa se ha bebido casi dos botellas de Lambrusco ella sola, pero a la vez es consciente que él hace exactamente lo mismo y que no es nadie para dar lecciones. Ambos tenían un problema con la bebida antes del aborto no deseado y después de tan desagradable evento, el problema es ahora más grande. La única diferencia es que uno lo hace en el bar y la otra en la intimidad del hogar.

Entre Manuel y Judith nunca hubo una discusión ni una mala palabra ni un mal gesto, sino que simplemente después de la pérdida de su bebé se dieron cuenta de que hacía falta un espacio para el silencio dentro de la relación. Lo malo es que el espacio se fue haciendo cada vez más grande y el silencio duró más de lo esperado hasta que prácticamente dejaron de hablarse, pero hoy es el día indicado para arreglarlo o mandarlo todo a la mierda. Se desean muchísimo así que no hay motivos para no darle rienda suelta a lo que de verdad les pide el cuerpo en este momento. Hay que recuperar el tiempo perdido, ya que 2 meses sin follar ha sido demasiado para una pareja tan ardiente como ellos.

El estado de bienestar y la euforia que les produce el alcohol les acerca sin apenas darse cuenta. Manuel está un poco mareado, pero en su interior habita una voz que le dice que le arranque a su mujer ese pijamita tan sexy que lleva puesto de un mordisco. Judith por su parte tiene la mirada puesta en el bulto del pantalón de su marido que da señales de alegrarse de tenerla cerca. Se siente un tanto aturdida, pero eso no le está impidiendo imaginar a su marido embestirla fuertemente por detrás mientras la agarra con las dos manos de su larga melena.

JUDITH
Te he echado de menos.

MANUEL
Y yo a ti.

Las yemas de los dedos de ambos se buscan y al tocarse sienten como el bello de todo el cuerpo se les eriza. Las fuertes y grandes manos de Manuel recorren lentamente los brazos de Judith de arriba a abajo hasta que llegan a su cintura. Judith siente un escalofrío en su espalda baja mientras le muerde con firmeza pero con suavidad el lóbulo de la oreja izquierda a Manuel porque sabe que le vuelve loco cuando se lo hace.

Se abrazan con fuerza. No hacen falta palabras. Se trata de dos cuerpos que se atraen y que se vuelven a encontrar. No hay nada más fuerte que eso y los tragos que se han tomado cada uno lo están magnificando todo. Judith se siente deseada y cada vez más excitada. A todo esto Manuel ya le ha quitado la parte de arriba mientras se pierde en sus pechos como si fuera la primera vez que los posee entre su boca y sus manos.

Esas grandes manos que no se pueden estar quietas y siguen bajando hasta acariciar los firmes muslos de Judith. Las bocas de ambos se buscan para besarse con tanto amor e ira como quien reclama la presencia de un amante al que no se le ha visto el pelo durante un largo período de tiempo. Demasiado tiempo. La respiración se acelera y necesitan parar durante unos segundos para acariciarse el pelo y la cara. Se contemplan el uno al otro atentamente. No dicen nada en palabras, pero ambos saben lo mucho que se han echado de menos.

Judith realiza un pequeño y sutil movimiento con los labios indicando a Manuel que vuelva a la carga y a Manuel no se le pasa desapercibido. Manuel se abre camino arrancándole el pantalón de pijama con fuerza hasta dejarla completamente desnuda. Judith sonríe con picardía mientras su entrepierna se prepara para que le rindan el homenaje que sabe que está a punto de recibir. Está mojadísima.

Antes Manuel hablaba más durante el acto sexual hasta que conoció a Judith y se dio cuenta de que con ser buen amante ya bastaba y que no era necesario ser buen locutor de radio también.

JUDITH
Mira como estoy.

A Manuel le parece que está tocando el cielo y se siente dichoso como hombre al ver gozar a su mujer de esta manera y más después de un par de meses en los que ni siquiera se ha tocado a solas. Manuel se baja un poco los pantalones y los calzoncillos para mostrarle la dureza de su verga a su amada.

MANUEL
Y tú, mira lo que provocas mi amor.

Judith se relame para sus adentros y ayuda a su marido a sacarse toda la ropa a la velocidad del rayo. Manuel se tumba en la cama junto a Judith y empieza a acariciar y besar cada rincón del cuerpo de su bella esposa hasta llegar a su santo grial.

Judith coloca sus dos manos en la cabeza de Manuel acariciándole el pelo e indicándole aquello que más desea en este instante. Manuel está pendiente de sus gemidos, de sus expresiones, de cada gesto que ella hace y hasta de su respiración. Manuel empieza a besar suavemente por la zona de las ingles y poco a poco su boca se acerca a la vulva y comienza a lamerla. Sabe bien que antes de poner en marcha el vehículo hay que calentar los motores y en eso está. Despacito y buena letra. Manuel utiliza su lengua con suavidad para jugar y revolotear un poquito por los labios interiores y exteriores. Judith no cesa de gemir mientras cierra las piernas haciéndole saber a Manuel que quiere que pase al siguiente nivel.

Manuel empieza a rodear la campanita de Judith con la punta de su lengua. De repente para y sopla muy plácidamente y vuelve a la misión que le ha sido encomendada, apretando y succionando su clítoris mientras introduce dos dedos en su vagina y se ayuda de ellos para darle más placer. Poco a poco, Judith empieza a temblar y a estremecerse mientras cierra un poco más las piernas y aprieta la cabeza de Manuel cogiéndole del pelo con las manos.

JUDITH
Me voy a correr si sigues así.

MANUEL
Si, cariño. En mi boca.

A Judith le pone muy cachonda que su marido le diga que se corra en su boca. Manuel lo sabe bien y conoce muy bien ese tipo de temblores que está experimentando su mujer y está muy feliz de ser el causante de que aparezcan. Judith que se encuentra desatada, fuera de órbita con la espalda en forma de media luna retorciéndose de placer, con los ojos cerrados, gimiendo y gritando con la fuerza de mil mujeres.

JUDITH
Ahhhhhhhhhhh, me voy, me voy… ahhhhhhhhhhh que me corrooooo, uuuiiiii, ahhhhhhh

La boca de Manuel siente el sabor de la felicidad que expresa su esposa. Manuel se queda unos segundos allá abajo acariciando suavemente a su mujer y susurrándole a la vagina lo mucho que la ama mientras Judith sigue saboreando lo que acaba de pasar. Ambos tardarán en olvidar el día que se encontraron borrachos como una cuba en su piso. Manuel abraza a Judith con toda la pasión que puede tener un abrazo a la persona que más amas en el mundo por encima incluso de ti mismo. Judith le corresponde apretando su cuerpo con el de Manuel como si fueran uno solo. No pasan muchos minutos hasta que se intercambian los papeles.

JUDITH
Qué ganas tenía de tenerla en la boca.

Manuel está tumbado en la cama mientras su mujer le come el rabo con todas las ganas del mundo sin reservarse nada y se lo frota por toda la cara como a Manuel le gusta.

MANUEL
Quiero estar dentro de ti.

Judith no dice nada, pero sus palabras la vuelven loca. Lo suficientemente loca como para no querer volver nunca al mundo de los cuerdos. Sin pensárselo dos veces se sienta encima de él e introduce la polla de su marido en su vagina. ¡Por fin! Pensaron ambos a la vez. Judith comenzó a cabalgar lentamente, pero con firmeza mientras Manuel le acariciaba los pechos y le pellizcaba suavemente los pezones. Durante un instante se miraron fijamente a los ojos y sonrieron. Ella empezó a moverse con mayor fuerza y velocidad. A veces hay que perderse para volver a encontrarse.

JUDITH
¿Buscamos un bebé?

Manuel dedicó una leve sonrisa a Judith porque lo desea tanto como ella, pero se lo piensa antes de contestar.

MANUEL
¿Estás segura? Quiero dejar la bebida antes de pensar en…

Judith acerca su rostro al de Manuel y asiente con la cabeza sin dejar de moverse cada vez con más decisión. Manuel la tiene bien agarrada de las nalgas y siente que está a punto de explotar.


JUDITH
Dentro de mí.

MANUEL
Siiiiiii.

A veces hay que perderse para volver a encontrarse.

Javier Milán Jerez

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VAMPIROS – TE DOY LAS GRACIAS

TE DOY LAS GRACIAS

Sé que estoy en un momento crucial. La vida tal y como la vivo ya no me resulta tan apetecible como hace 200 años y la paciencia es un preciado tesoro que perdí el mismo día que me arrebataron la mortalidad. En el fondo vampiros y humanos no somos tan diferentes. Si haces mucho daño a alguien y tienes algo de corazón, lo arrastrarás toda tu vida y si además tu vida es infinita porque eres un chupa sangre como yo, pues vas a tener muchos remordimientos a los que enfrentarte cada día.

También existe, como ya sabéis el problema de la presión social y el entorno vampírico no es una excepción. Una vez, hace cien años estaba yo en un Pub inglés en el Soho de Londres charlando amigablemente con cuatro vampiros que yo pensaba que eran de mi absoluta confianza. Estaba desahogándome y explicándoles que tenía pensado probar algún método alternativo de alimentación que no fuera la sangre humana. El resultado de aquella reunión no pudo ser más desolador. Un poco más y me matan. Menos mal que no soy ni tonto ni manco pero eran cuatro tipos experimentados en el arte de la lucha. Se ofendieron muchísimo y casi consiguen su propósito si no fuera porque pude huir. La noticia del vampiro que quería dejar de consumir sangre humana corrió como la pólvora y desde entonces me persiguen por todo el mundo para matarme.

Pasé mucho tiempo escondido en la selva amazónica con una tribu aborigen en la que conocí a la que hoy en día es mi mujer. Queremos ser padres pero no podemos hasta que yo no suelte de una vez por todas mi pasado. Desde el primer momento ella supo la verdad de quién era yo y lo que me ocurría. Precisamente fue su reacción lo que más me gustó de ella. Fue la primera persona en el mundo que no me juzgó ni tampoco me tenía miedo. Sus ojos reflejaban comprensión y empatía por mi situación como si supiera perfectamente en la situación en la que me encontraba. Rapidamente me cogió de la mano y me llevó junto con su tío que era el brujo de la tribu. Yo no estaba para nada convencido pero mi mujer insistió que si alguien podía «curarme» era su tío. Caminamos toda una mañana para llegar a lo alto de la montaña donde se encontraba su tío que estaba de pie en una roca y emitiendo unas sonidos muy extraños parecidos al lenguaje de las orcas. Nos estaba mirando fijamente como si ya supiera que íbamos a venir. Recuerdo que la primera vez que lo tuve delante de mis ojos dudé seriamente de sus capacidades como supuesto brujo. Su original forma de mantener el equilibrio con un solo pie, su enclenque cuerpecillo y su cara de sorpresa permanente y su mirada perdida me producían más ganas de reírme que otra cosa. Nada más lejos de la realidad.

Desde aquella roca en forma de hocico, me pidió que me acercará y accedí. Se sentó en la roca y me senté a su lado. Al instante, colocó sus manos en mi cara tapándome las orejas y los ojos. Pude escuchar como su voz retumbaba en el interior de mi mente y se apoderaba de mis pensamientos a la vez que sentía un fuerte calor que nunca había sentido antes en la espalda baja. Mi mujer me dijo que todo el proceso duró apenas tres o cuatro minutos, pero para mí fue como si su tío hubiera estado dentro de mi cabeza durante años. Cuando me tocó pude ver lo que sería mi existencia si conseguía librarme de mi pasado. No tengo palabras para describir lo que ese brujo logró hacerme. Fue como si mi cuerpo se desvaneciera completamente y perdiera la conexión con mi mente. Lloré desconsoladamente. Me sentí vacío. Añoré mi vida humana como nunca antes lo había hecho. Me odié a mi mismo por sentir este despreciable apetito que nunca se separa de mí. Nada de esto debería haber ocurrido. Había hecho daño a muchos pobres inocentes. ¿Qué derecho tenía por lo tanto a querer formar una familia? ¿Qué derecho tenía a recuperar mi vida pasada? ¿Merecía ser padre? ¿Y si nacían vampiros? Ni por asomo debía permitir que suceda algo así. 

La mitad del conjuro ya estaba realizada, pero faltaba la otra mitad. Según el tío de mi mujer debía matar al vampiro que me convirtió para que el hechizo se consumara con éxito total. He tardado mucho tiempo. Más de lo que me hubiera gustado, pero por fin he localizado después de muchos años de incesante búsqueda al vampiro que me convirtió y en estos momentos lo tengo a unos 10 metros de mí aproximadamente. Si lo mato el hechizo se completará y volveré a ser totalmente humano. Así son las cosas. Si mato al perro muere la rabia. 

Estamos en un restaurante y él está acompañado de una bella mujer. Hay cosas que nunca cambian. He modificado mi aspecto físico para que no me reconozca y voy vestido como si fuera un camarero del propio establecimiento para acercarme lo máximo que pueda y prenderle fuego en cuanto lo tenga delante.

Paso a paso estoy cada vez más cerca de él. Nada debe salir mal. Me juego muchísimo. Me juego mi paternidad, me juego la felicidad de mi mujer y la mía, me juego la vida de mucha gente que este desgraciado destrozará como destrozó la mía si no hago nada. Se lo debo a todas mis víctimas. 

Un momento. Me invade la duda. Tengo sentimientos contradictorios. ¿Por qué me  creo mejor que él si a él también hubo uno que lo convirtió? Entonces, ¿Qué hago aquí? ¿Voy a matar a un ser vivo igual que yo que corrió con mi misma suerte y que es esclavo del desgarrador destino que le tocó vivir? ¿Quién mejor que yo por lo tanto lo puede entender? ¿Quién mejor que yo puede empatizar con su arbitraria vida? Lo tengo delante de mí, pero me tiemblan las manos. Mis atuendos no sirven de nada y en cuestión de segundos me reconoce, se levanta, se coloca justo delante de mí y me dice mientras me coloca las manos en la cara tapándome los ojos y las orejas:

– Sé quién eres y a lo que has venido.

De repente, pierdo las fuerzas que me quedan y caigo redondo en un profundo sueño. Al despertar todavía siento unas manos que sujetan mi cara. Suavemente me suelta mientras me suelta Es el tío de mi mujer y seguimos estando sentados en la roca en la montaña. Mi mujer se me acerca y me abraza y traduce todo lo que le está diciendo su tío. Nada de lo que yo pensaba había ocurrido a partir del momento en el que el tío de mi mujer puso sus manos en mi cara. Todo formaba parte del hechizo que estaba realizando en mí y en el que yo debía aprender a dejar volar mi pasado vampiro en el mundo onírico.

Su tío me ha dicho que le he sorprendido gratamente. No todo el mundo aguanta la primera sesión y a veces ha muerto algún valiente enfrentándose con sus propios demonios aunque también me ha dicho que faltan muchas sesiones para que mi instinto como depredador desaparezca del todo.

Estoy decidido a ponerme en manos de este brujo hasta que me quite mi lado vampiro. Ha sido todo un detalle por su parte pasarme una tarjeta con su web, su número de cuenta, el precio de cada sesión y un bono de regalo si cojo 20 sesiones de golpe. Si fuera otro pensaría que es uno de estos gurús que te quieren sacar la pasta, pero es el tío de mujer y seguro que sólo quiere ayudar.

Te doy las gracias, gran brujo de la tribu de los Nutkir.

 

Javier Milán Jerez

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DRAMA – RECONOCER ES UN PUNTO DE PARTIDA

RECONOCER ES UN PUNTO DE PARTIDA

¿Cómo qué hago? ¡Ya está bien! En mi propia casa y ya no sé ni cuánto tiempo llevo durmiendo en el sofá. Que no, que no me voy a ir de la cama, que tengo el culo y la espalda como una piedra. Claro, tú te quedas en casa, pero luego yo me tengo que ir a trabajar y tengo que estar descansado. No, yo no estoy insinuando nada, pero algún día tendrás que salir al mundo exterior o ir al médico. ¿Todavía no? Pues tenemos un problema. Cosas como lo de esta mañana no pueden volver a ocurrir.  Yo no puedo irme a trabajar sabiendo que te puedes hacer algo malo.  Sí, he dicho: Tenemos un problema. Los dos tenemos un problema. He hablado con tu madre y con tu hermana y mientras dure todo esto ellas vendrán en las horas en las que yo esté trabajando, pero sola no te puedes quedar o al menos de momento. Nos irá bien. Necesito poder irme tranquilo a trabajar.

Déjame hablar que tengo algo importante que decirte. 

(Silencio incómodo de unos segundos. Rompe a llorar mientras habla)

En vez de apoyarte lo que he hecho es machacarte, como si tuviera derecho a hacerlo, como si yo estuviera por encima del bien y del mal. Yo pensaba que tú eras la enferma de los dos y me he dado cuenta de que mi enfermedad ha sido la soberbia hasta tal punto que solo era capaz de ver lo malo y minimizar lo bueno. Era como que sentía cierto placer en tener la razón, y en no dejarte hablar. Como si tuviera que conquistar cada conversación que tenemos no dejándote acabar las frases. Aunque me duela reconocerlo, pero interiormente he estado celebrando cada fallo que has cometido para luego poder decirte: Te lo dije.

En realidad yo he contribuido a que tirarás la toalla haciéndote sentir como una mierda. Gritarte que luches por tu vida era fácil, y echarte las culpas de todo también. Lo difícil es reconocer que yo también tengo mucha culpa de todo lo que nos pasa. ¡No! No sé cómo podemos volver a empezar. Si se quiere, se puede o eso dicen, ¿No? Que cada uno ponga de su parte. Mira, me da igual todo lo que ha pasado. O sea no es que me dé igual. Claro que me importa. Escúchame bien. Estoy muy cansado, pero te lo quiero decir. No me da igual este último año de mierda, pero creo que podemos salir juntos de todo eso.

(Se seca las lágrimas y se acerca a ella que está sentada en el suelo)

Si, antes no creía en ti era porque no creía en mí. ¡Mucha inseguridad! ¡Te lo estoy diciendo en serio! Nada de lo que ha pasado es suficiente para que me vaya. No me da la gana. Lo he decidido. No voy a saltar del barco. Aquí me tienes, pero de verdad. Vamos a salir de esta y me da igual que mis padres estén en contra de esta relación porque creen que me vas a arrastrar o que mis amigos piensen lo mismo. Yo hablo desde mi verdad que no es la verdad de ellos y mi verdad es que mi vida la quiero pasar contigo.

Javier Milán Jerez

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ESCENA – ANZUELOS

ESCENAS DE USO LIBRE PARA ACTORES: "ANZUELOS"

ESC 1. CAFETERIA. INT/DIA

Laura (34) y Jose (32) están tomándose un café en el Café Zúrich del centro de Barcelona. Están sentados en una de las mesas que hay en la calle y que están situadas justo delante del metro de Plaça Catalunya. Hay muchísima gente en el Café Zúrich y en la calle. Laura y Jose llevan rato hablando sobre un tema que les tiene bien enganchados en la conversación. Por momentos no se sabe si están enfadados o si están riendo o si se gustan.

JOSE

Puede que tengas razón, pero si te soy sincero me cuesta desprenderme de Bobby y de la relación tan bonita que tiene con Priscila. Nunca he vivido algo así en la vida real y pienso que una parte de ellos siempre se quedará impregnada en nosotros y si te digo la verdad es una sensación que me gusta mucho.

Laura se queda pensativa antes de contestar recordando lo mal que salió la última vez que decidió liarse con un compañero de trabajo.

LAURA

Jose, escúchame bien lo que te voy a decir. Tú no eres Bobby y yo no soy Priscila. No podemos dejar que los personajes se apoderen de nosotros. Ha sido bonito lo que hemos hecho. Has sido un gran compañero y ha sido un placer trabajar juntos en esta peli, pero para mí ha sido trabajo y nada más.

Laura intenta mostrarse implacable en su punto de vista para que Jose no vuelva a insistir con el tema.

LAURA

Yo soy tu amiga y tu compañera y pienso que tendrías que cuidar más tu centro emocional porque si no te vas a enamorar de todas tus compañeras de reparto.

JOSE

Es la primera vez que me ocurre algo así con una compañera aunque no te lo creas y a ti también te pasa, pero no lo quieres reconocer.

 LAURA

Pero yo soy consciente de ello e intento poner remedio. Cada actriz tiene su manera de desanzuelarse y yo tengo l

 JOSE

  ¿Y cuál es?

 LAURA

Yo lo que hago es ducharme después de cada día de trabajo y mientras me ducho voy sacando al personaje que acabo de interpretar. Me pongo mi música y en voz bajita me repito quien soy en la realidad, como me llamo, a que me dedico, etc. Y funciona. La verdad es que funciona.

Jose observa con cierta incredulidad a Laura mientras ella se explica.

JOSE

     ¿Seguro que funciona?

Laura se está dando cuenta de que no es capaz de esconder sus sentimientos delante de Jose, pero lucha para seguir manteniendo una versión que no corresponde con la realidad.

LAURA

    ¿Por qué dices eso?

Jose quiere apretar a Laura porque sabe que algo esconde.

JOSE

A veces queremos sacar cosas que no hay por qué sacarlas. Sabes bien por qué te lo digo.

Laura entiende que es mejor hablar poco porque cada vez que habla se delata.

LAURA

No.

JOSE

Desde que acabamos la gira hemos hablado casi cada día.

LAURA

Lo encuentro completamente normal. Hemos sido compañeros mucho tiempo y hay una amistad.

JOSE

Pues debes ser una amiga muy especial porque cada día nos damos las buenas noches.

LAURA

  ¿A dónde quieres llegar?

Jose se está poniendo cada vez más nervioso, pero sabe que la conversación está justo en el lugar donde él deseaba.

JOSE

Laura, para mí todos estos meses que hemos estado quedando fuera de horario de trabajo han sido increíbles y creo que ahí no tienen nada que ver los personajes que hemos interpretado, ni la obra, ni que estemos anzuelados ni nada de nada.

Laura escucha atentamente a Jose y sabe que tiene razón porque siente exactamente lo mismo que él, pero lucha con todas sus fuerzas por negarlo todo y se pone de pie para irse.

LAURA

Yo lo único que he hecho estos meses es quedar para tomar algo o dar una vuelta con un compañero de trabajo con el que me llevo muy bien y tengo cierta amistad. Ya está. Solo eso y ahora si me disculpas me tengo que ir que tengo prisa.

Jose se pone súbitamente de pie y roza con su mano la mano de Laura mientras la mira fijamente.

JOSE

     No te vayas así Laura.

Laura intenta no perderse en los ojos de Jose, pero no puede evitarlo.

– HASTA AQUÍ. LO QUE SIGUE OS LO DEJO PARA QUE LO CONTINUÉIS. –
AQUÍ OS DEJO ESTA ESCENA DE USO LIBRE PARA QUIEN LA QUIERA TRABAJAR.
¿CUÁLES SON LAS CIRCUNSTANCIAS DADAS? ¿CUÁL ES EL VÍNCULO ENTRE LAURA Y JOSE? ¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE CADA PERSONAJE? ¿Y LAS ACCIONES? ¿Y EL CONFLICTO? ¿EL MONÓLOGO INTERNO? ¿DÓNDE OCURRE TODO? ¿EL VESTUARIO? ¿LA PUESTA EN ESCENA? TODO ESO Y MUCHÍSIMO MÁS… OS LO DEJO PARA QUE LO TRABAJÉIS A VUESTRO ANTOJO.
MODIFICAR O MANTENER LO QUERÁIS. “ANZUELOS” SOLO ES UN PUNTO DE PARTIDA.
¡JUGAR Y DESCUBRIR!

Autor: Javier Milán Jerez

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ESCENA – EL BAR DE MANOLO

ESCENAS DE USO LIBRE PARA ACTORES: "EL BAR DE MANOLO"

ESC 1. BAR. INT/DIA
Son las 8.30 de la mañana de un día soleado de mayo en Barcelona y en el Bar de Manolo está gente consumiendo tanto dentro como en las mesas de la terraza. Antonio (35) está desayunando un café con leche y un cruasán en la barra del bar. Tiene una libretita en la mano llena de ofertas de trabajo a las que va llamando con el móvil que tiene encima de la barra y al que se le puede observar la pantalla agrietada. Manolo (40) y Silvia (38) se lo miran de reojo mientras continúan sirviendo los desayunos a toda la clientela que tienen en este momento en el bar. Las 8.30 es una hora de mucho movimiento en el Bar de Manolo. Silvia se mueve de izquierda a derecha de la barra sin parar preparando bocadillos y sirviéndolos.

SILVIA
¿Cómo va la búsqueda de empleo Toni?

Desde la otra punta de la barra se escucha una risilla burlona (flojita pero evidente)del Señor Luis.

ANTONIO
(Se ríe maliciosamente)
¿Qué le hace tanta gracia Señor Luis?

MANOLO
No le hagas caso Toni. ¿Cómo te va? ¿Encuentras algo de curro o qué?
Antonio se pone serio y respira profundamente antes de hablar.

ANTONIO
Todavía no.

SILVIA
Pero, ¿Cuántos días llevas buscando trabajo? ¿Un día?

Se vuelve a escuchar la risa del señor Luis de fondo que ya lleva más de una barrecha en el cuerpo. Esta vez Antonio no se ríe, sino todo lo contrario y dedica una mirada de desprecio al Señor Luis que se da por aludido e intenta reprimir sus impulsos disimulando y agachando la cabeza en dirección al diario Sport que lo tiene justo delante.

ANTONIO
Una semana.

Silvia no disimula su desaprobación con un resoplido y acto seguido coge unos platos con bocadillos y sale de la barra en dirección a las mesas de fuera del bar. Manolo que está en la otra punta del bar preparando cafés lo intenta animar.

MANOLO
Paciencia, no queda otra.

Antonio detecta cierto aire de condescendencia en el rostro de Manolo y eso le molesta, pero cree que ha llegado el momento de proponerle algo a Manolo a lo que lleva días dándole vueltas. Ahora o nunca.

ANTONIO
Y tú Manolo, ¿No me podrías dar trabajo como camarero aquí en el bar? Lo haría bien. Tengo experiencia. Trabajé hace unos años en un bar del centro.

Manolo empieza a toser de repente como si se estuviera ahogando.

MANOLO
Puff. Que mal estoy tío. Que va Toni. Ya sabes que si pudiera te ponía a trabajar conmigo en el bar, pero la faena ha bajado mucho.

Antonio se queda extrañado por un momento, puesto que el bar está lleno siempre a todas horas y precisamente hace una semana escuchó a Silvia hablando con una chica por teléfono para que viniera a trabajar como camarera.

ANTONIO
Pensaba que la cosa iba bien porque el bar siempre está lleno y teniendo aquí al lado la salida del metro y el instituto y el colegio…

Manolo no sabe qué decir durante unos segundos, pero rápidamente reacciona de manera seca.
MANOLO
Que va. Ya nos gustaría.

Entra Silvia al bar con platos y vasos en la bandeja.

SILVIA
(Dirigiéndose a Manolo)
Acuérdate que tenemos un pedido a domicilio para entregar ahora en 15 minutos.

MANOLO
Vale. Cojo el patinete y voy.

Manolo coge la bolsa con el pedido dentro y se dirige a la caja. Saca un ticket y lo mete dentro de la bolsa. Abre la puerta del almacén, coge el patinete y se acerca a Antonio.

MANOLO
Tengo varios recados Toni y no sé lo que tardaré. Nos vemos mañana.

Antonio asiente con la cabeza aunque le parece extraña la afirmación de Manolo, puesto que Silvia no se puede quedar sola con la faena que se puede apreciar que hay en el bar. Manolo sale del bar a entregar el pedido. Antonio y Silvia se miran y Antonio siente como Silvia está más serie que de costumbre.

ANTONIO
¿Cómo estás, Silvia? Te noto un poco seria hoy.

Silvia hace grandes esfuerzos por no contestarle mal.

SILVIA
Normal. Todo bien. Toni, una cosita. Ahora va a venir mucha gente por la hora del patio del instituto. ¿Te puedes sentar fuera si no te importa?

El señor Luis se vuelve a reír desde la otra punta dirigiéndose a Antonio.

SEÑOR LUIS
Hoy no es tu día chaval.

Antonio no le hace ni caso al Señor Luis, pero si le hace caso a Silvia. Mientras se levanta de la barra le viene a la cabeza la conversación que escuchó de Silvia en la que buscaba camarera y no se resiste a preguntarle porque no le encaja nada con lo que le ha dicho su amigo Manolo.

ANTONIO
Sin problema Silvia. Me siento en aquella esquina y no molesto. Una cosa Silvia. ¿Cómo va la búsqueda de camarera?

SILVIA
El martes empieza una chica.

Antonio se queda sorprendido y pensativo por unos momentos. En sus ojos se puede observar cierto grado de resignación y tristeza.

ANTONIO
Antes le pregunté a Manolo si yo podría trabajar aquí y me dijo que la faena ha bajado mucho.

Silvia deja hacer los bocadillos que está haciendo y justo delante de Antonio lo mira fijamente antes de hablar.

SILVIA
Mira Toni. Hace muchos años que nos conocemos y Manolo tiene más paciencia que yo y también te conoce más que yo, pero te lo voy a decir claramente. Hace meses que nos debes en el bar más de 600 euros y no trabajas ni haces nada y yo ya estoy cansada de cada día tener que fiarte. No quiero fiarme más de ti. Si no tienes para el desayuno o para la comida o para las medianas pues lo siento mucho, pero esto no es una ONG y si pasa mucho más tiempo y no pagas te tendré que decir que no entres hasta que pagues. Lo siento mucho Toni, pero esto es lo que hay.

Antonio se queda boquiabierto sin saber qué decir. Justo entra Manolo por la puerta. Deja el patinete en el almacén y entra al interior de la barra. Manolo se da cuenta de la cara que tiene Antonio en este momento.

MANOLO
¿Qué te pasa? ¿Has visto un fantasma o qué?

– HASTA AQUÍ. LO QUE SIGUE OS LO DEJO PARA QUE LO CONTINUÉIS. –
! AQUÍ OS DEJO ESTA ESCENA DE USO LIBRE PARA QUIEN LA QUIERA TRABAJAR !
¿CUÁLES SON LAS CIRCUNSTANCIAS DADAS? ¿CUÁL ES EL VÍNCULO ENTRE ANTONIO, SILVIA Y MANOLO? ¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE CADA PERSONAJE? ¿Y LAS ACCIONES? ¿Y EL CONFLICTO? ¿EL MONÓLOGO INTERNO? ¿DÓNDE OCURRE TODO? ¿EL VESTUARIO? ¿LA PUESTA EN ESCENA? TODO ESO Y MUCHÍSIMO MÁS… OS LO DEJO PARA QUE LO TRABAJÉIS A VUESTRO ANTOJO.
MODIFICAR O MANTENER LO QUERÁIS. EL BAR DE MANOLO SOLO ES UN PUNTO DE PARTIDA.
! JUGAR Y DESCUBRIR !

Autor: Javier Milán Jerez

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ESCENA – LA PARADA DEL BÚS

ESCENAS DE USO LIBRE PARA ACTORES: "LA PARADA DEL BÚS"

ESC 1. PARADA DEL BÚS. EXT/DIA

Alex se encuentra sentado esperando solo en la parada del bús a que venga el L52 para ir al instituto. Alex tiene la cabeza apoyada en el cristal y las manos metidas en los bolsillos y parece que está durmiendo. A los pocos minutos llega corriendo Natalia sin su mochila de siempre pero con una carpeta. Son las 8.30 de la mañana y llegan tarde al instituto como de costumbre.

ALEX
Ya pensaba que no vendrías hoy.

NATALIA
¿Hace mucho que has llegado? Otra vez hemos perdido el bús.

ALEX
Acabo de llegar.

NATALIA
Pues parece que llevas toda la vida aquí sentado.

ALEX
¿Y tu mochila?

NATALIA
Dejemos el tema de mi mochila porque si no voy a volver a mi casa a matar a mi perro.

ALEX
Ja, ja, ja, Llegaste corriendo como si fueras una turista a la que le han robado todas las maletas en el aeropuerto.

NATALIA
Ja, ja, ja, Este es mi barrio de toda la vida chaval. Conozco a todos los que roban y aquí nadie me tocaría un pelo.

ALEX
El apego es malo. Yo no me siento de ninguna parte.

NATALIA
Y así te va…

ALEX
¿Cómo se supone que me va?

NATALIA
¿Cómo me puedes decir que no te sientes de ninguna parte? ¿Dónde naciste o donde te criaste? Me gustaría saber más de ti de lo que sé.

ALEX
No lo sé. Solo sé que una nave espacial me dejó en plaza Catalunya el año pasado el día de la Merçè.

NATALIA
Eres muy gracioso, pero me gustaría que aunque solo fuera por un día me contestarás en serio. Me preocupo por ti.
ALEX
Esto se pone interesante. Te preocupas por mí. ¿Y desde cuándo ocurre este fenómeno?

NATALIA
Yo siempre me preocupo por ti. Otra cosa es que no lo demuestre.
Silencio incómodo de unos segundos.

ALEX
(Alex se ríe nervioso, pero intenta ponerse serio para contar su historia)
Nací en Barcelona y estuve hasta los 6 años en el barrio del Carmel, pero a partir de que mis padres se divorciaron anduvimos de barrio en barrio durante años y por eso nunca terminé de sentirme arraigado en ningún sitio.

NATALIA
Te acabas de inventar esa historia. La vecina me dijo que te has criado en un internado hasta los 16 años.

ALEX
Pues si sabes para qué preguntas.

NATALIA
¿Sabes lo que pienso? Que no puedes tener una conversación de manera seria porque tienes pánico de mostrarte tal y como eres por algún motivo que desconozco.

ALEX
Puede ser, pero eso no me pasa contigo.

NATALIA
¿A no?

ALEX
No. Contigo es diferente.

NATALIA
A veces no sé si estás de broma o hablas en serio.

ALEX
Me pones nervioso.

NATALIA
¿Por qué?
Silencio incómodo de unos segundos.

ALEX
¿Hace falta que te lo diga?

 NATALIA
(Responde con timidez sabiendo lo que se avecina)
Sería todo un detalle por tu parte.

ALEX
Ya lo sabes. Me gustas.

 NATALIA
(Se alegra y sonríe pero rápidamente disimula)
Y tú a mí me sacas de quicio.

ALEX
¿Por qué? Ya sabía yo que no tenía que haberme declarado. Mi hermano mayor siempre me dice que si te muestras ante una chica tal y como eres la pierdes.

NATALIA
Tu hermano es un gilipollas.

ALEX
Lo sé, pero tiene novia.

NATALIA
Sí, pero no le durará eternamente. Te lo digo yo.
Silencio incómodo de unos segundos.

ALEX
¿Por qué tarda tanto en llegar hoy el bus?

NATALIA
Llamé a la compañía de buses para qué tardaran en llegar y así poder mantener esta sincera y agradable charla contigo.

ALEX
Tú también eres muy graciosa cuando quieres. No me has dicho por qué te saco de quicio.

NATALIA
No te enteras. Ahora mismo yo soy un elefante rosa del tamaño de la Sagrada Familia y tú no me estás viendo.

ALEX
Para mí eres más guapa que un elefante rosa.
NATALIA
(se acerca a Alex quedándose a pocos centímetros de él y parece que esté a punto de besarle, pero algo la frena y se separa)
¿Puedes dejar de hacer bromas un momento por favor? Tú también me gustas a mí y me voy a ir andando porque paso de llegar tarde otro día más que siempre llegamos tarde por tu culpa.
(Empieza a caminar rápidamente)

ALEX
(Se queda boquiabierto por un momento y de repente empieza a caminar emocionado rápidamente hasta que se planta delante de Natalia)
Un momento, un momento. Así no te puedes ir.

Natalia frena en seco y se gira hacía Alex para contestarle.

NATALIA
Ah, ¿no? ¿Y por qué no me puedo ir?

ALEX
(Alex mira a Natalia a la vez que se acerca a ella y baja el tono de voz)
Primero porque yo no tengo la culpa de que el bús no llegue todavía y segundo porque…

NATALIA
(Natalia se acerca a Alex hasta que están a pocos centímetros el uno del otro)
Y segundo porque…

– HASTA AQUÍ. LO QUE SIGUE OS LO DEJO A VOSOTR@S. –
¡AQUÍ OS DEJO ESTA ESCENA DE USO LIBRE PARA QUIEN LA QUIERA TRABAJAR!
¿CUÁLES SON LAS CIRCUNSTANCIAS DADAS? ¿CUÁL ES EL VÍNCULO ENTRE ALEX Y NATALIA? ¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE CADA PERSONAJE? ¿Y LAS ACCIONES? ¿Y EL CONFLICTO? ¿EL MONÓLOGO INTERNO? ¿DÓNDE OCURRE TODO? ¿EL VESTUARIO? ¿LA PUESTA EN ESCENA? TODO ESO Y MUCHÍSIMO MÁS…OS LO DEJO PARA QUE LO TRABAJÉIS A VUESTRO ANTOJO.
MODIFICAR O MANTENER LO QUERÁIS. LA PARADA DEL BÚS SOLO ES UN PUNTO DE PARTIDA.
¡JUGAR Y DESCUBRIR!

Autor: Javier Milán Jerez

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POEMA – DICEN

DICEN

Dicen que del fuego nace un ave y que la tierra es nuestro sustento, pero esperé suplicante entre tus cenizas y la naturaleza hizo caso omiso a mi sufrimiento.

Dicen que hay una versión de ti en algún multiverso, pero de nada me sirve si no posee ninguno de nuestros recuerdos.

Dicen que dejarte ir es un acto de amor, pero olvidarte sería todo un sacrilegio.

Dicen que el tiempo lo cura todo, pero sintiéndolo mucho les diré que eso no es cierto.

Dicen.


Javier Milán Jerez

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RELATOS – EL RINCÓN DE PENSAR

EL RINCÓN DE PENSAR

                                                                                    VERSIÓN 1

Pensaba, pensaba y volvía a pensar y cuando descansaba al rato regresaba con más fuerza y continuaba pensando y pensando.

– ¿Quieres ver una película o bajar a dar una vuelta o hacer algo? 

Le preguntaba su mujer con cierto hastío desde el balcón mientras se fumaba el último cigarrillo de su paquete de marlboro recién comprado hace unas horas.

– Mejor dentro de un rato cariño. 

Contestó desde su rincón favorito del sofá, mientras su mujer asentía con resignación.

– Claro, seguro que tienes cosas importantes en las que pensar.

Respondió su mujer al cabo de unos segundos de forma sarcástica.

Pasaron los días, los meses y los años y aquel cabeza pensante convertido en anciano no cesaba en su actividad sin encontrar una solución a su particular problema que nunca compartió con nadie.

A su lado ya no quedaban ni su esposa, ni sus hijos ni nadie. Sólo él y sus pensamientos.

 

                                                                                   VERSIÓN 2

 

Pensaba, pensaba y volvía a pensar y cuando descansaba al rato regresaba con más fuerza y continuaba pensando y pensando. 

– ¡Te va a explotar la cabeza! 

Le abroncó Laura (su mujer) en tono jocoso desde el otro lado del sofá mientras Jorge luchaba sin cesar en su empeño por encontrar una solución a su cotidiano y sufrido rompecabezas interior. Jorge era un hombre muy reservado, tremendamente orgulloso y como tal nunca le explicó sus problemas a nadie. Ni tan siquiera a Laura aunque la amaba y sabía que era la única persona en la que podía confiar, pero no quería agobiarla por nada del mundo. Se conocían desde los quince años y llevaban 30 años felizmente casados. El hecho de no haber podido tener hijos no les impidió ni mucho menos tener una vida alegre y dichosa en pareja. Jorge podía ser serio y distante con todo el mundo menos con Laura y ella precisamente era conocedora de este talento suyo para hacerle reír contra su voluntad. Solo con mirarse se entendían y Laura sabía que cuando Jorge se sentaba en su trozo de sofá favorito o llamado “El rincón de pensar” lo mejor era darle su espacio y no hablarle durante un rato. Ella era perfectamente consciente de que pensar tanto no ayudaba ni mucho menos a su marido sino todo lo contrario. Hay veces en las que aceptar es la única opción posible. Laura y Jorge nunca habían hablado del tema porque no hacía falta. Ella sabía que le ocurría a su marido y él sabía que ella lo sabía. Aquel día Laura decidió romper el hielo, lo miró fijamente interrumpiendo la actividad de su marido dedicándole una de esas sonrisas a las que Jorge nunca le había podido negar nada.

– Nos vamos a dar una vuelta por el centro de Barcelona. 

Jorge aceptó de buen gusto la propuesta de su mujer. El resultado no pudo ser más desolador. Justo cuando estaban saliendo del metro a la calle en plaça Catalunya se encontraron de frente a la madre de Jorge que bajaba las escaleras mecánicas mientras ellos las subían. Jorge y su madre llevaban años sin verse. Jorge se quedó bloqueado y Laura le cogió fuertemente la mano mostrándole su apoyo sabiendo perfectamente que la falta de relación con su madre era lo que había torturado a su marido todos estos años por mucho que él había hecho miles de esfuerzos para que no se convirtiera en un impedimento en su vida, pero una cosa es querer y otra bien diferente es poder. La madre de Jorge agachó la cabeza en cuanto vio a su hijo y siguió bajando por las escaleras mecánicas hacía el metro mientras Jorge impotente buscaba su mirada sin éxito. Acto seguido llegaron el enojo y las preguntas sin respuesta al aire libre:
¿Por qué me abandonó? ¿Por qué no me saluda? ¿Qué había hecho que fuera tan horrible para que mi madre me abandonara? ¿Por qué no me aguanta la mirada? ¿Por qué no me quiere? ¿Por qué? Todas estas dudas y muchas más golpeaban una y otra vez la mente de Jorge. Al llegar a casa Jorge se sentó en su rincón de pensar sin ni siquiera quitarse la chaqueta y rompió a llorar. Laura se sentó encima de él y se fundieron en un abrazo. Durante unos minutos no dijeron nada ninguno de los dos. Jorge lloraba desconsoladamente y Laura le besaba por toda la cara.

– Cariño, te pido perdón por no haberte podido dar un hijo.

Le dijo Jorge a Laura mientras se secaba las lágrimas.

– Con hijos o sin hijos eres el compañero de vida que he elegido y no me arrepiento de nada.

De repente sonó el teléfono y Laura se levantó para cogerlo mientras le dedicaba una sonrisa a Jorge.

– ¿Quién es?

Contestó Laura con voz extrañada al no esperar la llamada de nadie en ese instante.

– Soy Mónica, la madre de Jorge.

Respondió con voz temblorosa desde el otro lado de la línea.

Autor: Javier Milán Jerez

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FERRI

CARTA – RADIO 580

CARTA A RADIO 580

A la atención del director de Radio 580:

Soy oyente de Radio 580 desde que estaba en el útero materno. Las primeras pataditas que propiné desde el vientre de mi progenitora fueron a ritmo de los boleros de Machín que ustedes emitían entre programa y programa. Pocas cosas tengo claras en la vida, pero si algo llevo a gala es ser oyente de su bendita emisora. Radio 580 no tiene oyentes, tiene militantes.
Desde siempre ustedes han marcado mi línea de conducta, ya que ustedes tienen credibilidad. A ustedes nunca les han pillado diciendo falsedades, y si les han pillado no tenían razón. Pero he de decirles que últimamente su línea editorial me tiene algo confundido: Cada día me despierto con su magazine matinal «El Rocío de la mañana» conducido por la sin par Rocío Margüenda. En ella diversos tertulianos despotrican contra el hecho de que el Mundial de Fútbol se celebre en Qatar, debido a la situación política de dicho país y proponen el boicot absoluto a dicho Campeonato instando a que los oyentes de buen corazón no sigan para nada el Mundial.
Sin embargo por la tarde yo continúo escuchando Radio 580 (yo soy un hombre fiel y no me voy a largar con la primera emisora de buen oír que me encandile diciéndome cuatro cosas bonitas) y a eso de las 16 h empieza el programa deportivo «Enajenados del balón», en el que prometen ofrecer la mejor y más completa información sobre el Mundial de Qatar, recordando que han mandado a dicho país 40 enviados especiales, 56 analistas, 85 toneladas de material técnico y un terapeuta holístico. En dicho programa se me conmina a no separarme del receptor y a disfrutar del Mundial como si no hubiera un mañana y hoy estuviera lloviendo.
Soy aficionado al fútbol desde que estaba en el útero materno. Las primeras pataditas que propiné desde el vientre de mi progenitora fueron a ritmo de gambetas de Garrincha. Pero también soy un tipo concienciado y de buen corazón, con lo cual usted me dirá. ¿Boicoteo el Mundial con todas mis fuerzas y consagro mis tardes de diciembre a la filatelia, o me sumerjo en el fútbol sin límites ni frenos olvidando el mundo circundante?
Usted dirá, señor Director. Sáqueme de este dilema moral que me tiene entre Qatar y acatar. Siempre suyo hasta que usted cambie de emisora.

Eladio Cedenilla, oyente de Radio 580

Ferri López

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